ACENTOS DEL CORAZÓN
Es un libro de sonetos en
el que se reflejan el anhelo y la desesperanza, verso a verso la
quebrada línea del amor originando variadas sensaciones. Porque César
Rubio parece encontrar en las ansias de amar (Y amar; amar. Amar
eternamente), sufriendo, y en contadas ocasiones, gozando, la
justificación de su existencia. Títulos del poemario, como: Ansias de
libertad, El dolor también se olvida, Ausencias, y tantos otros que el
lector irá identificando como continuadores de una tendencia lírica y
romántica, en César Rubio faro guía de su vida amorosa, ponen al
descubierto el perfil atormentado del autor. ¿Reencarnar? ¿Para qué? Que
reencarnen las flores, que no piensan, escribe en uno de los epígrafes
introductorios de sus poemas.
Acentos del corazón no es únicamente un poemario. Es, además de un canto de amor a la Naturaleza (Para ti, amada Naturaleza; estímulo lírico. Eterna, iniciando así la dedicatoria de este libro), un desgarrado grito en el que el lector podrá hallar el modo sensible de conectar con una visión genuina del humano anhelo de amar.
Y el beso: unidad de medida que el autor utiliza para dimensionar el amor, acredita el talante poético de un romántico, de un idealista enfermo de ternura.
Este libro, que César cede a la ONG ASOCIACIÓN PEQUEÑOS PRÍNCIPES (http://app.mundoculturalhispano.com), no sólo pretende comulgar con la fina sensibilidad de sus lectores. También -otra manifestación del amor que el poeta mantiene, diversificando sus ansias de amar-, trata de estimular a quienes se sienten solidarios con el dolor de los niños y niñas de la Tierra. Un bello gesto que, unido a los millones y millones de actitudes positivas del hombre, podrá contribuir, al menos, a hacer soportable el sufrimiento de la infancia.
El autor cede sus derechos sobre la venta de este libro a la
Asociación Pequeños Príncipes
de ayuda directa a jóvenes de Honduras.
Acentos del corazón no es únicamente un poemario. Es, además de un canto de amor a la Naturaleza (Para ti, amada Naturaleza; estímulo lírico. Eterna, iniciando así la dedicatoria de este libro), un desgarrado grito en el que el lector podrá hallar el modo sensible de conectar con una visión genuina del humano anhelo de amar.
Y el beso: unidad de medida que el autor utiliza para dimensionar el amor, acredita el talante poético de un romántico, de un idealista enfermo de ternura.
Este libro, que César cede a la ONG ASOCIACIÓN PEQUEÑOS PRÍNCIPES (http://app.mundoculturalhispano.com), no sólo pretende comulgar con la fina sensibilidad de sus lectores. También -otra manifestación del amor que el poeta mantiene, diversificando sus ansias de amar-, trata de estimular a quienes se sienten solidarios con el dolor de los niños y niñas de la Tierra. Un bello gesto que, unido a los millones y millones de actitudes positivas del hombre, podrá contribuir, al menos, a hacer soportable el sufrimiento de la infancia.
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